La involucración de Compras, necesaria para desarrollar la cultura de RSE

La cultura de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no se podrá consolidar como el paradigma de gestión empresarial del siglo XXI si los departamentos de compras, que gestionan el 75% del gasto de una empresa, no desarrollan políticas de sostenibilidad social y medioambiental y no llevan a cabo un riguroso control ético de la cadena de proveedores.

Ésta ha sido una de las principales conclusiones de un encuentro organizado por la Asociación Española de Profesionales de Compras, Contratación y Aprovisionamientos (AERCE), una asociación profesional que agrupa más de 1.500 empresas del mercado español y que cuenta con treinta años de experiencia en el análisis e investigación de las políticas de compras.

“Las compañías responsables tienen una relación mejor con las administraciones públicas, con sus clientes y con sus trabajadores, y son más competitivas, ya que tienen un mejor acceso a los mercados globales, controlan mejor posibles riesgos económicos, sociales y ambientales y, sobre todo, se anticipan a las nuevas tendencias y exigencias del mercado. Pero los departamentos de compras son un eje imprescindible, sin el que será muy difícil consolidar una verdadera cultura de la empresa responsable en el siglo XXI”, afirmó Juan José Jiménez, presidente de Aerce.

Por su parte, los directores de Compras de Banco Popular, Iberia, Repsol y Telefónica coincidieron en que la sostenibilidad es en la actualidad una de las inquietudes fundamentales de los responsables de estas áreas, junto con el ahorro de costes y las relaciones con los proveedores. En su opinión, la RSE será en los próximos años el aspecto que más condicionará la estrategia que aplican las empresas al adquirir los productos y contratar los servicios que necesitan para desarrollar su actividad.

Asimismo, subrayaron que la aplicación de medidas de RSE a sus departamentos tiene un efecto multiplicador en el conjunto del tejido empresarial y explicaron que llevan a cabo evaluaciones periódicas de las políticas medioambientales, éticas y sociales de sus proveedores, y que, incluso, llegan a descartar a suministradores que no cumplen los estándares marcados por las empresas.